La importancia de la ciberseguridad en la protección de datos empresariales: riesgos y estrategias de defensa

El volumen diario de datos que una empresa recibe, trata y almacena puede ser exponencialmente grande. Por lo tanto, la ciberseguridad de estos datos es algo que no puede ser descuidado, ya que la pérdida de estos datos puede perjudicar indirectamente a la sociedad civil. Pero antes de nada, ¿sabes qué es esto?
Según la gigante tecnológica IBM, la ciberseguridad se refiere a cualquier tecnología, práctica y política que tenga como objetivo proteger sistemas informáticos, aplicaciones, dispositivos, datos, activos financieros y personas contra ransomware y otros malware, golpes de phishing, robo de datos y otras amenazas cibernéticas.
¿Por qué invertir en ciberseguridad?
De acuerdo con el informe «El impacto de las violaciones de datos en la economía brasileña con enfoque en las pequeñas y medianas empresas», el costo promedio por cada violación de ciberseguridad en Brasil es de 33,5 millones de reales. Esto genera alrededor de 74 despidos, reflejando la interrupción de actividades y la reducción de la capacidad operativa de las empresas. Según el estudio, cada ataque reduce, en promedio, 26 millones de reales de la renta brasileña.
Estos costos van más allá de las pérdidas directas, incluyendo interrupciones operativas, gastos de remediación, pagos de rescates (en casos de ransomware) y honorarios legales. Los impactos indirectos, como la reducción de la confianza del consumidor y la desestructuración de las cadenas productivas, son igualmente preocupantes.
Consejos de seguridad digital:
– **Computación en la nube**: Almacenar la información en servidores externos es una forma de garantizar la protección de datos en caso de apagón, por ejemplo, e inhibe intentos de robo. Sin embargo, es necesario adoptar otras medidas conjuntas para que la computación en la nube sea efectiva.
– Gestión y respaldo: Es importante asegurarse de que el proveedor del servicio tenga un equipo enfocado en gestionar la nube, para garantizar que todo funcione correctamente a diario. También debe estar seguro de la periodicidad de los respaldos de datos. Esto es esencial para proteger la información, aún más en casos de apagón de datos.
– Flexibilidad y escalabilidad: La nube es atractiva porque pagas solo por lo que usas, pero es bueno verificar si la empresa puede aumentar la capacidad cuando sea necesario.
– Localización geográfica: Saber de dónde opera la nube es importante, incluso si teóricamente tus datos no están almacenados en un lugar físico. La distancia de los servidores, sin embargo, puede afectar la agilidad del servicio. Pide que se pruebe el rendimiento, porque esto influye en la velocidad, latencia y transición de los datos.
– Integración y compatibilidad: Cada empresa utiliza un sistema diferente, así que la nube debe ser compatible con el software que ya tienes. Además, si necesitas cambiar de sistema, debe poder adaptarse y exportar los datos sin problemas.
Tener un plan de recuperación es esencial para garantizar la rápida restauración de los sistemas en caso de problemas cibernéticos, minimizando interrupciones y reduciendo posibles pérdidas. Una estrategia para evitar apagones cibernéticos es evitar la implementación automática de actualizaciones en todos los sistemas simultáneamente, realizándolas de forma gradual y controlada.
Además, se recomienda contar con un proveedor alternativo (o conjunto de sistemas) que ofrezca la misma tecnología, funcionando como respaldo en caso de incidentes con el proveedor principal.
Identifica riesgos y entrena a tu equipo. Al igual que en otras áreas del negocio, es fundamental que el emprendedor mapee los riesgos potenciales dentro de la esfera tecnológica. Este mapeo permite crear estrategias para eliminar o mitigar estos riesgos, además de desarrollar planes de contingencia efectivos. Además, es importante mantener al personal capacitado para que pueda enfrentar posibles incidentes tecnológicos, como apagones o fallos sistémicos. Un equipo preparado puede actuar de forma rápida y organizada, minimizando impactos y garantizando la continuidad de las operaciones.
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